Hacia Un Nuevo Feudalismo

En un momento como el actual, donde la globalización parece imponerse como la alternativa más eficiente para la continuidad del orden económico mundial, debemos ser muy conscientes de las trampas que ésta esconde para no quedar irremediablemente abocados a un nuevo feudalismo de las élites y con él, a la propia muerte de nuestro sistema económico. La obra explica el problema del capitalismo que vivimos como un desajuste de flujos entre las tres grandes bolsas de la riqueza: empresarios, trabajadores y Estados, y demuestra como los desequilibrios que mueven el dinero entre estas bolsas están paralizando las dinámicas que han hecho posible hasta el momento nuestra supervivencia social y económica. Se analizan los instrumentos que utiliza el sistema para apartar al trabajador del circuito de la riqueza hasta convertirlo en un simple espectador de la obra productiva, demostrando con ello la ceguera de un modelo que se olvida de que es precisamente la masa trabajadora quien genera el consumo y, por lo tanto, quien sustenta la oferta empresarial y modela el tan necesario equilibrio entre oferta y demanda. Por otro lado, la pérdida del sentido y la funcionalidad histórica de los Estados y la propia estructura de los flujos de dinero que éstos canalizan contribuyen a acrecentar la irracionalidad de nuestra actual situación socioeconómica. Estas instituciones, lejos de dar cohesión a todos los agentes sociales, sólo están dando apoyo normativo a la parte más fuerte del trinomio económico contribuyendo con ello a deshacer poco a poco el estado del bienestar para convertirlo en el estado de la globalización. También se presenta la derivación del consumo hacia el sector servicios como la única alternativa para la sostenibilidad del sistema. Ante las excesivas exigencias de recursos naturales de nuestras economías y los problemas medioambientales que genera la producción de bienes, se plantea la necesidad del cambio del actual paradigma consumista basado en la posesión material, por un modelo sustentado en economías de servicios, mucho menos agresivas con el entorno.